Claudio Cappello
La política industrial atravesará olas de cambio con el mayor protagonismo de los servicios de valor agregado[1]. La aparición de patentes, licencias, servicios digitales, servicios profesionales y financieros, convergencia y liberalización de servicios, contratación pública, entre otros. Cambios más drásticos se correspondieron con la aparición de plataformas digitales y empresas de tecnología.
La política industrial ha sido clave para promover el desarrollo económico de los países[2]. En la última década, la política industrial se ha incrementado considerablemente -según la Global Trade Alert la política industrial duplicó su aporte (20% en 2009 – 50% en 2019) dentro de las políticas comerciales mundiales-. En la actualidad, las políticas industriales han experimentado una transformación estructural
La transformación estructural es clave para alcanzar el desarrollo económico[3]. En los últimos años, la mayoría de las políticas industriales de los países más ricos se han dirigido a la energía verde. La mayoría de los países ha centrado sus esfuerzos hacia la generación de energía más limpia. Las medidas utilizadas por los países para el impulso de sus políticas industriales han experimentado una transformación.
La actual política industrial ha convergido hacia un conjunto común de medidas políticas. Los países recurren a financiamiento del comercio, préstamos estatales, subvenciones financieras y requisitos de abastecimiento local. No obstante, existe evidencia de que los países con renta más baja siguen recurriendo a los aranceles a la importación para sus políticas industriales. Esto implica una baja competitividad.
Políticas horizontales no serán suficientes para superar futuros retos. En América Latina, las políticas industriales de protección del mercado han sido ampliamente empleadas en las últimas décadas, pero su contribución a la región en controvertida. El rezago con respecto a otros países obliga a reconocer que políticas basadas en infraestructuras serán insuficientes para abordar los numerosos retos del futuro.
Es clave que los gobiernos de los países en desarrollo refuercen su capacidad. El mundo avanza hacia políticas industriales más abiertas, pero los países con renta más baja experimentan dificultades para competir en los mercados internacionales. Los países con mayores rentas cuentan con capacidad fiscal y administrativa para desplegar sus políticas, algo que los países en desarrollo deberían mejorar.
Existe una serie de sectores que pueden ser explorados para potenciar la política industrial. Agregar valor e internacionalizar áreas en las que la región ya tiene ventajas comparativas reconocidas, empresarios experimentados, instituciones especializadas y conocimiento acumulado será fundamental para que los países optimicen los posibles resultados de sus políticas industriales.
Es necesario que los países centren sus esfuerzos en una serie de estrategias. Para avanzar en estos pasos será necesario que los países se aboquen al desarrollo de capacidades, desarrollo científico y tecnológico, asociaciones comerciales, alianzas estratégicas y producción, gestión y distribución de servicios asociados a estas áreas. Además, e deberá considerar a las pequeñas y medianas empresas como elementos clave.
[1]Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (2019). La metamorfosis de la política industrial.
[2]Juhász, R. et al. (2023). Tendencias en la política industrial mundial. United Nations Industrial Development Organization.
[3] Ketels, C. & Duch, E. (2022). Política Industrial en una nueva realidad mundial. United Nations Industrial Development Organization.