EN 2023, LA PRODUCCIÓN AZUCARERA EN PARAGUAY CRECIÓ UN 11% Y ALCANZÓ LAS 170.886 TONELADAS
La industria azucarera y alcoholera, un sector que ha evolucionado a lo largo de más de 150 años, se ha convertido en uno de los pilares económicos del país. Un reciente informe del Centro de Estudios Económicos de la Unión Industrial Paraguaya en conjunto con el Centro azucarero y Alcoholero Paraguayo (CAAP), detalla el crecimiento sostenido del cultivo de caña de azúcar, la transformación en la producción de azúcar y el auge de la fabricación de alcohol, junto a los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector.
Desde sus inicios en el siglo XIX, la caña de azúcar ha jugado un papel determinante en la historia agrícola de Paraguay. En 1863 se destinaban aproximadamente 6.188 hectáreas al cultivo; para 1943, esta cifra creció a cerca de 15.450 hectáreas; en 1961 se registraron
20.000 hectáreas y, en 2022, la superficie alcanzó la marca de 90.335 hectáreas. Julio Fernández, Jefe Senior del CEE explicó que este incremento permitió que la producción de caña se eleve a unos 7,2 millones de toneladas en 2021, en comparación con las 600 mil toneladas sembradas en 1961. De este total, el 42% se procesa en azúcar, el 25,7% en alcohol, el 10,1% en miel de caña, y el restante 22% se destina a forraje para animales.
La producción azucarera paraguaya, que vivió un crecimiento acelerado entre las décadas de 1940 y 1950 (con tasas de aumento entre el 8% y el 11%), experimentó una desaceleración entre los años 1960 y 1980 (con incrementos del 4% al 6%). En los años 2000 se observó un repunte significativo, aunque en la última década el crecimiento se volvió irregular. En 2023, la producción azucarera registró un aumento del 11%, alcanzando 170.886 toneladas, lo que representó el 0,6% del PIB total y el 3% del PIB industrial manufacturero del país.
Históricamente, la industria se centró en la producción de azúcar blanca convencional; sin embargo, desde los años 90 se ha impulsado la fabricación de azúcar orgánica destinada a la exportación. En 2014 la producción se dividía equitativamente entre azúcar blanca y orgánica (50/50). En 2018, el azúcar orgánica alcanzó el 65% de la producción total, aunque en 2022 esta proporción se revirtió, situándose la azúcar blanca en el 66% y el orgánico en el 34%. La tendencia volvió a cambiar en 2023, cuando la producción orgánica ascendió al 52%.
El comportamiento exportador de este sector también ha variado a lo largo del tiempo. Mientras en 1994 solo se exportaba el 1,4% de la producción total, para 2008 esta cifra se disparó al 55% y alcanzó un pico del 62% en 2016.
En 2023, el 33% de la producción fue destinada a mercados internacionales, principalmente a Estados Unidos, que absorbe el 67% de las exportaciones, y a países europeos como Suiza y Alemania. Aunque Paraguay importa azúcar para la industria bioquímica y farmacéutica, el volumen importado es ínfimo en comparación con su vasta producción anual.
El sector del alcohol, por su parte, ha experimentado un crecimiento vertiginoso. En 1999 la producción de etanol se situaba en 24.000.000 de litros, duplicándose para 2002. Desde 2008, el crecimiento se ha acelerado de manera notable: en 2014 se produjeron 210.843.216 litros, y para 2023 la cifra se disparó a 643.918.105 litros, con una tasa de crecimiento anual promedio del 16%. Un año clave fue 2018, cuando el volumen de alcohol aumentó un 58% anual.
En 2014, de los 170.785.524 litros producidos, 128.810.790 litros se destinaron al mercado doméstico y 41.974.734 litros se exportaron; en 2023, el consumo interno alcanzó los 407.165.490 litros, representando el 63% del total, mientras que Paraguay se posicionó como el décimo séptimo mayor exportador mundial, con un 1% de las exportaciones globales, según datos del ITC.
El sector cañero emplea directamente a 50.000 personas: 20.500 productores agrícolas,6.400 obreros industriales y 23.100 empleos indirectos en servicios y logística. Además, según datos del BCP, en 2023 la industria azucarera pagó USD 40 millones en sueldos y salarios. En promedio, la industria aporta alrededor de USD 17 millones anuales en impuestos directos, lo que equivale a aproximadamente el 0,5% de las recaudaciones tributarias del país.
Desafíos por superar
Sin embargo, el sector enfrenta desafíos significativos, entre los cuales destaca el contrabando. “Considerando que cada azucarera produce en promedio 13.000 toneladas y emplea a 78 trabajadores por ingenio, la producción legal podría generar, en condiciones óptimas, la apertura de al menos siete nuevos ingenios y la creación de 571 empleos directos adicionales, o en escenarios de subutilización de la capacidad, tres nuevos complejos industriales y 230 empleos directos extra. Además, generaría un aumento del Valor Bruto de Producción del sector de entre USD 144 y USD 172 millones anuales”, explicó.
Entre las oportunidades y desafíos para el futuro del sector, el informe subrayó tres puntos clave como la investigación biotecnológica para mejorar la genética de las plantaciones de caña para incrementar la productividad; combatir el contrabando a través de la implementación de medidas eficaces para frenar la entrada de azúcar ilegal y la expansión de biocombustibles para consolidar la posición de Paraguay como líder en la producción y uso sostenible de biocombustibles.
En ese sentido, el economista enfatizó que la industria azucarera y alcoholera es fundamental para la economía paraguaya, no solo por su capacidad productiva y exportadora, sino también por su impacto en el empleo y en los ingresos fiscales. Sin embargo, es crucial abordar desafíos como el contrabando y fomentar la innovación biotecnológica para asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo.
Sobre el CEE. El Centro de Estudios Económicos de la UIP, ofrece servicios especializados en la confección de informes de impacto económico y social por sector, análisis económico de normativas, proyecciones y perspectivas económicas por sector y estimación de demanda u oferta productiva sectorial